La inteligencia artificial no sabe comer: confiar en ChatGPT para elegir un restaurante puede arruinarte la cena
Por ejemplo: ¿Cuáles son los mejores restaurantes españoles de Santiago? Una pregunta simple, directa y aparentemente inocente que se la haces a ChatGPT. Y aquí es donde la historia se pone interesante. Porque si la IA responde con seguridad, fluidez y convicción, pero te entrega una lista de lugares mediocres, mal ejecutados o directamente erróneos, el daño no es menor: no solo te arruina la cena. Desinforma, desplaza la crítica y vacía de sentido el acto mismo de saber elegir bien qué y dónde comer.
Este artículo no busca descalificar la tecnología, sino reflexionar críticamente sobre sus límites actuales y, sobre todo, su impacto cuando se utiliza como sustituto de la experiencia y el criterio humano.
La falacia del ranking algorítmico
Los modelos de lenguaje como ChatGPT no "saben". No prueban, no huelen, no observan. Lo que hacen es predecir textos plausibles a partir de datos existentes. Cuando alguien pregunta por "los mejores restaurantes españoles", la IA buscará patrones frecuentes en textos digitales: rankings de portales populares, reseñas de usuarios, notas de blogs con objetivos comerciales.
El resultado es una lista construida no sobre calidad, sino sobre volumen: lo más mencionado, lo más replicado, lo más clickeado. Y aquí radica el problema: el algoritmo no distingue entre una crítica experta y un comentario casual o directamente mal –o bien– intencionado. En el mundo digital de la IA, todo peso textual se aplana.
La crítica gastronómica como disciplina
A diferencia de un sistema estadístico, la crítica gastronómica no opera por mayoría ni por volumen. Opera por contexto, por oficio y por sensibilidad entrenada y experiencia. Un crítico no evalúa sólo si un plato está sabroso, sino si está bien ejecutado, si tiene sentido en su propuesta, si respeta una tradición, si tiene con coherencia o si está acordes al concepto.
Plataformas como 800.cl existen justamente para devolverle valor al criterio y ayudar a elegir bien. No aceptan opiniones de usuarios ni ranking por popularidad. Cada restaurante es nominado y evaluado por un equipo de críticos especializados, con mirada editorial, experiencia en terreno y un compromiso con la calidad y la hospitalidad que no depende de la moda ni de la cantidad de reseñas.
El riesgo de automatizar el gusto
Cuando confiamos en una IA para elegir dónde comer sin filtro editorial ni discernimiento crítico, estamos renunciando a algo esencial: el derecho a formarnos un criterio propio. Estamos dejando que el algoritmo no solo elija por nosotros, sino que defina qué vale la pena ser comido.
Y esto tiene consecuencias. Restaurantes deficientes o que han bajado su calidad siguen apareciendo recomendados simplemente porque alguna vez fueron mencionados. Con al IA, cocinas honestas, exigentes o innovadoras quedan fuera del radar porque no tienen marketing digital. El algoritmo perpetúa un ecosistema en que lo "visible" reemplaza a lo "valioso".
Conclusión
La inteligencia artificial puede ser una herramienta útil, incluso fascinante. Pero en temas donde el juicio humano, la sensibilidad y el conocimiento situado importan, su uso acrítico es peligroso. La gastronomía no se trata sólo de alimentarse, sino de cultura, historia, técnica, placer y comunidad.
La IA no sabe lo que significa comer bien. Y eso, por ahora, sigue siendo una tarea humana.
Sitios y blogs recomendados
Algunas sugerencia para poder elegir restaurantes y bares
- 800.cl: Guía donde encontrarás el restaurante ideal en cada ocasión.
- Viaje al Sabor: El blog del crítico Carlos Reyes.
- La Comensala: El instagram de la cronista gsatronómica Pilar Hurtado.
- Wherelunch: Blog de comida y bebida.
- Comino: Publicación gastronómica.
TXT: Alejandro Mery L. + IA / junio 2025